sábado, 10 de diciembre de 2011

Motonave “Isabel”


Motonave “Isabel”, originalmente cargada por Spaudo.

Navegamos hacia la Isla Santa María en la Motonave “Isabel” de la Naviera Santa María, un entretenido paseo con el espléndido paisaje del Océano Pacífico. La embarcación perteneciente a la empresa naviera Santa María y construida en los astilleros de Asmar, con 130 toneladas y una capacidad de transportar a 90 pasajeros, es cómoda y bien equipada para el viaje de algo más de 2 horas entre la Isla Santa María y el Continente. El zarpe se realizó puntualmente a las 11:00 horas con presencia de personal de la Armada y en perfecto orden. Estivada la carga y con pasajeros a bordo suena la sirena y el buque suelta amarras alejándose del muelle del Puerto Artesanal de Coronel, para tomar rumbo al oeste en dirección a la Isla. Poco a poco quedan atrás las instalaciones del Puerto y a lo lejos se observa el Faro Punta Puchoco. Durante la navegación no se observan otras embarcaciones salvo algunas muy a lo lejos en el horizonte, no obstante gran cantidad de aves de distinto tipo, gaviotas, pelícanos etc., se cruzan frente a la “Isabel” Durante casi todo el viaje, el mar está calmo y las olas oceánicas no se elevan demasiado, con lo cual el buque navega suavemente y sin cabeceo. Esto dura hasta aproximadamente una hora y media en que las condiciones cambian y el buque comienza su trayecto sobre un mar algo más agitado que por momentos lo hace cabecear , pero esto no llega a incomodar a los pasajeros algunos de los cuales, permaneces en la cubierta superior, incluso algunos niños corretean por las escaleras. Transcurridas poco más de dos horas se arriba a Puerto Sur , en la Isla, procediéndose a las maniobras de anclaje y posteriormente al desembarco, que esta vez se realiza en botes a motor que rápidamente trasladan a los pasajeros y la carga. Al pisar tierra la primera impresión de la isla sorprende el agitado movimiento de su gente, al borde la playa de Puerto Sur un sin número de pequeñas embarcaciones esperan a los que llegan y despiden a los que se van en esta recalada de la “Isabel”, tractores remolcan los botes y la carga hasta otros vehículos, gente que va y viene. Permanecemos unos pocos minutos esta vez y debemos embarcar, junto a isleños que viajan al continente a diversas gestiones personales. Algunas señoras que deben acudir al Hospital otros a sus trabajos, y así cada persona es una historia que se oye en cada conversación mientras el pequeño bote a motor nos traslada hacia la Moto nave. “no me gustan estos botes, prefiero los de madera (dice una señora refiriéndose a la moderna embarcación de fibra que corta raudo las agua gracias a su motor de gasolina), prefiero los de madera… son más seguros, con mi viejo navegábamos hasta de noche…con luna…”

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