En un programa de televisión en que se elige al personaje chileno más importante de nuestra historia ha quedado fuera la figura de quien para mi generación es conocido como el Padre de la Patria: Bernardo O”Higgins. No he visto el programa, por lo tanto desconozco su estructura y modalidad de elección, pero me parece que algo no funciona –con el programa o con los participantes- para que O”Higgins no figure entre los grandes. Dicho esto, parece ser que este aparente menoscabo del personaje viene a sumarse a la imagen que de él ha dejado la Serie HEROES también de nuestra televisión , a la discusión generada en torno a un libro publicado recientemente y a un programa de reality del canal History , sobre el cruce de los Andes en donde O”Higgins queda absolutamente ausente.
Sin perjuicio de lo anterior, hay que reconocer que a lo largo de la historia O”Higgins ha sido una figura controversial y está suficientemente documentada la verdadera lucha entre OHigginianos y Carrerinos, la antipatía que generó su excesiva lealtad hacia San Martín y la Masonería o la abierta repulsa por el asesinato de Manuel Rodríguez. No menos antipatía ha causado en las nuevas generaciones su título de Capitán General , por su inevitable asociación con la pasada dictadura.
Los perfiles de los grandes personajes se pintan generalmente en blanco y negro en circunstancias que como todo ser humano son una suma de matices. Junto con su grandeza subsiste su pequeñez, y esto parece especialmente cierto en nuestro país, por aquello de: “el pago de Chile” o el “chaqueteo” Es que no imagino a un ingles que no reconozca a Churchill como un ser excepcional , no obstante el mismo fue responsable de la desastrosa invasión de los Dardanelos en la Primera Guerra Mundial o –en privado- se refería a Gandhi como “ese individuo cubierto con una sábana”. Como no imagino a los alemanes que renieguen de Einstein o Marx , por que estos eran seres despreciables para sus respectivas esposas. Los fundadores de la nación norteamericana lo hicieron pensando en la felicidad de los hombres, cuando esa felicidad se asociaba a la riqueza, sin embargo sus rostros se encuentran esculpidos en granito en el monte Rushmore y son venerados por todos los estadounidense.
Entiéndase que no se trata aquí de endiosar nadie ni de encajar forzadamente próceres antojadizos. Sin embargo, pienso que al hacer el Balance la figura del OHiggins sale ganando. No creo que se parezca a ese pusilánime soberbio que presentó la serie de TV. No creo que un sujeto de esas características habría sido capaz de realizar el cruce de los Andes o de saltar a caballo sobre las barricadas de Rancagua. Visto hoy en día el gesto de romper los botones de su guerrera y ofrecer su pecho para que sus detractores dispusieran de él puede parecer histriónico, pero en esa época, cuando la palabra empeñada valía y se jugaba la vida en ello… se hablaba en serio.
Además no debe desconocerse la labor de O”Higgins como organizador del estado y su visión de estadista al comprender que debía luchar por la independencia del Perú ya que sin esto la propia no estaba segura. O”Higgins no fue un general de profesión, al contrario, formó parte de la burguesía ilustrada que como lo hicieron otros en toda Latinoamérica tomó las armas para luchar por la libertad de su patria.
Sin embargo quizás no debería extrañarme tanto lo que ocurre con O”Higgins actualmente si pensamos que en su época ya sufrió la incomprensión, la que le significó morir en el destierro. Es curioso lo que ocurre con este personaje que -al igual que San Martín- lo entregó todo por la Patria y finalmente muere sin volverla a ver. Aún así, el que hoy en día no se le reconozca su grandeza me parece a lo menos injusto.

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