jueves, 20 de noviembre de 2008

BANDA ANGOSTA

BANDA ANGOSTA

Comentarios sobre un artículo de Joaquín Riveros en “The Clínic”

La prestación de servicios en nuestro país adolece de un grave defecto a mi entender, ¡No se presta un buen servicio!. Esto en todo orden cosas y rubros empresariales y a toda escala. Desde el vendedor de helados en la calle ( aquí está todo el tema de la higiene, el rotulado, en fin la calidad del producto) hasta la gran empresa autodenominada pomposamente de retail, en la que uno esperaría mayor calidad versus precio ( no es así) y en donde lamentablemente se encuentra con los mismos problemas que en la panadería de la esquina o el maestro chasquilla, ese que tras revisar la fontanería del baño afirma con mirada de experto “hay que entrar a picar”. En resumen no importa la calidad del servicio entregado, se trata de cobrar. Y en esto no se escatima; abultadas facturas, cobros adicionales por esto y lo de mas allá , cargos fijos y otras yerbas que debemos pagar puntualmente, en caso contrario: las penas del infierno, (léase, Dicom, Penecas Verde, etc.) acompañadas de una molesta invasión a la privacidad a través de desagradables llamados telefónicos de pseudoejecutivos de empresas de cobranza.

Por años hay quienes se han empeñado en calificar al estado de mal administrador y por ende las empresas estatales han cargado con el estigma de ineficientes. Pero lo curioso es que tras las privatizaciones la cosa no ha cambiado mucho y así tenemos: Empresas de agua potable que más se dedican a cobrar que a prestar un buen servicio; Fondos de pensiones que endosan las pérdidas al afiliado y le escamotean las ganancias, Banca privada y sus derivados (Financieras) en que prolifera la mala atención, los sistemas que se caen, la correspondencia que no llega etc. Pero donde el tema ya sobrepasa todo límite razonable es en la telefonía. Aparte de los servicios de telefonía celular , planes y coberturas deficientes está el negocio de la telefonía fija y las diversas modalidades de “servicios” (vía cable, wi fi) y los conocidos como triple pack que ofrecen telefonía cable e Internet. Ya antes me he referido al tema de la TV cable y las insoportables tele baratijas. En esta oportunidad quiero tocar el tema de la Internet y específicamente de la Banda Ancha, o lo que en Chile se comercializa bajo ese nombre. Un esclarecedor artículo publicado por Joaquín Riveros, en The Clínic , edición del 10 de Noviembre , desnuda este fraudulento negocio. En efecto en nuestro país se suele hablar de Banda ancha refiriéndose a la velocidad de conexión a Internet en torno a los 2 a 6 Mbps, como oferta comercial de las empresas del rubro. Pero, “…partamos por lo más general: en Chile existe un millón y medio de conexiones a Internet y el 88,4% de ellas son llamadas “banda ancha”. Pero “ancha” a la chilena, es decir ancha , pero no rápida. Con sus 1,3 Mbps de velocidad promedio nuestra supercarretera de la información resulta tres veces más lenta que la que se da en EE.UU. y un décimo de la que dan los paíces de la OCDE. Si nos comparamos con los asiáticos que viajan en fibra óptica, vamos ¡60 veces más lento!...” Gran parte del problema se explica por la falta de competencia debido a la concentración del mercado en dos grandes empresa (duopolio) y la falta de legislación adecuada. La Ley de Telecomunicaciones data de 1982.

“…sin competencia ni legislación pasan cosas como las que denuncia José Huerta de Neutralidadsi.org, una ONG que promueve mayor transparencia en el mercado de Internet: que VTR le ofrezca a usted un plan de 4 Megas y que usted lo contrate pensando que va a recibir 4 Megabites. Pero no pues, “4 Megas” es un nombre de fantasía, es como ponerle al plan “4 cochayuyos” , un nombre que no dice nada de la velocidad de conexión…” Esto señores es publicidad engañosa aquí y en la quebrá del ají. Si a usted le ofrecen un producto y resulta que no es tal entonces le están pasando como se dice vulgarmente gato por liebre. Es decir llegamos nuevamente al punto de partida, el mal servicio de las empresas de servicios. Técnicamente lo que hacen es apostar a que nadie utilizará los 4 o 6 Mbps que ofrecen y de esta forma aseguran solo un 6% o un 10% de la velocidad nominal contratada (¡!!) Para el subsecretario de Telecomunicaciones pablo Bello, si bien Internet es probabilística y nadie puede garantizar el 100%, las empresas deberían asegurar un “…mínimo decente, es decir que en promedio el usuario reciba lo que contrató. Eso no pasa en Chile…” Más claro?

Las empresa de servicios en nuestro país tendrán que empezar a preocuparse del tema y realmente evolucionar de lo contrario se transformarán en una colección de edificios e instalaciones como esas de los estudios de filmación de los western en que tras la apariencia de una sólida fachada se oculta una engañosaq cáscara superficial sin trasfondo ni contenido.

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