sábado, 17 de diciembre de 2011

Catedral de San Cristóbal de La Havana

"...Vagando por un pequeño parque sombreado de árboles frutales en La Habana Vieja, me sorprendió encontrarme con un busto de bronce de Hans Christian Andersen. La Habana es una ciudad de sorpresas, la mayor de las cuales es el milagro de su conservación.
No se trata sólo de que medio siglo de revolución socialista haya mantenido a raya a la modernización; tiene más que ver con el sobresaliente sentido de la historia y el profundo orgullo cultural del pueblo cubano.
Hablando como inocente en el contexto latinoamericano, esto no es de significancia menor. Porque cuando se recorre la exquisita plaza barroca de la catedral en La Habana Vieja, donde alguna vez los huesos de Cristóbal Colón estuvieron enterrados en la catedral, se siente el legado de la vieja España y su rol en la vanguardia del descubrimiento del continente americano, con todo lo que eso ha significado para todo el mundo.
La Habana Vieja es una reliquia viviente. Sus estrechas calles alineadas con mansiones y bloques de estuco, sus puertas a menudo abiertas a elegantes patios pintados en tonos suaves, evocan una era de alta civilización europea que ha desaparecido bajo el asalto del acero y el vidrio en los modernos centros metropolitanos de Europa.
A través de gran parte de Asia, donde hubo influencias similares que dieron forma a la inicial vida metropolitana moderna, una combinación de perpetua humedad y progreso incesante ha sepultado los restos de la planificación cívica colonial.
El paralelo más próximo es el Viejo Hanoi, con sus mansiones ocre, pero eso ha casi desaparecido. Recorrer las calles de La Habana Vieja es experimentar las normas y valores cívicos de una era ya ida, donde el espacio es para la gente, no para los autos; donde las estrechas calles desembocan en plazas públicas y en pequeños parques sombreados como aquel con el busto de Hans Christian Andersen.
No es que La Habana no haya tenido sus escarceos con la modernidad. Conduzca por la Calle 23, de cuatro pistas, desde el mar en El Vedado hacia el este del centro de la ciudad y casi se siente como si se estuviera en Hollywood y Vine.
Pero incluso en las partes más nuevas de la ciudad hay un aire de gentil conservación. El viejo Habana Hilton, construido con el mismo diseño que el Atenas Hilton y el Nilo Hilton (pero rebautizado como el Hotel Habana Libre) es un ejemplo perfecto de este tipo. Debiera ser preservado..."
http://www.lanacion.cl/la-habana-vieja-se-niega-a-morir/noticias/2011-12-15/194152.html

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