"Tenemos entendido que este cerro antiguamente se denominaba "Cerro de Las Tres Pascualas", probablemente como una extensión del nombre de la famosa laguna así llamada, situada al final de su extremo poniente. Así, al menos, figura en antiguos planos, entre ellos, el del Combate de Gavilán, levantado por el ingeniero del Ejército de los Andes, José Alberto D'Albe, sobre la base de un croquis del general Las Heras y de un plano topográfico de esta ciudad y Talcahuano.
Sea como fuere, lo cierto es que desde 1832 empezó a denominarse "Cerro la Pólvora", debido a que en un sector de sus faldeo que dan frente a Camilo Henríquez ese año se construyeron la bóveda para almacenar el material explosivo, a fin de no ocupar la Casa de la Pólvora, que estaba emplazada en Víctor Lamas con Prat, que desde entonces pasó a convertirse en el Cuartel de la Puntilla, inmueble al que, más tarde, se trasladó
Aún existen huellas del camino labrado en el faldeo del cerro que daba acceso a las bóvedas de la pólvora, con entrada por Camilo Henríquez, polvorines que permanecieron en ese lugar hasta bien entrado el siglo XX; pero la denominación de Cerro la Pólvora quedó a firme y aún se mantiene.
Una extensión de 5 ó 6 hectáreas de este cerro perteneció a la Municipalidad, que alrededor de 1915 lo forestó con eucaliptos y diversas otras especies arbóreas, convirtiendo esa área en un hermoso parque, que era bastante concurrido por los penquistas, desde cuya cumbre se podía, y aún se puede, observar gran parte de la ciudad y sus alrededores.
Al pie de la ladera que enfrenta a Camilo Enríquez estaba situado el Vivero Municipal, que surtía de plantas de árboles ornamentales para calles y avenidas, y de plantas de flores y arbustos para las plazas y parques de la comuna.
Entre el vivero, que además de eso era jardín, y el pie de monte, con ingreso por Camilo Henríquez y por Cruz existía una angosta avenida de algo más de una cuadra de longitud, ornamentada con árboles y flores por ambos costados.
Siempre al pie del cerro, unos cincuenta metros más allá del vivero, hacia el oriente con frente a Camilo Enríquez funcionó, durante varios años, el Jardín Zoológico, que era muy visitado por grandes y chicos, especialmente por estudiantes, que podían conocer ahí, "en vivo y en directo", una variedad de animales, tales como monos, serpientes, tortugas, pumas, cóndor, guanaco, etc., que los jóvenes escolares habían visto sólo en los dibujos en blanco y negro que ilustraban sus textos de estudio. Lamentablemente, poco después del terremoto de 1960, su propietario administrador, Carlos Junge, lo trasladó a Chillán.
En la cumbre del cerro, en terrenos colindantes con el área verde municipal, se instaló, en la década de los años treinta, la antena y planta transmisora de la radio- emisora Cóndor, que en 1957 pasó a denominarse radio Cooperativa Vitalicia, por pertenecer a esa compañía de seguro-. Actualmente, a lo largo de la cumbre de este cerro existen alrededor de media docena de antenas radiales.
Igual que el Cerro Amarillo, éste también ha sufrido corte en su extensión, por exigirlo así el progreso de
El otro corte se hizo en una década de los años setenta para prolongar
Al concluir esta breve reseña histórica del Cerro la Pólvora, recuerdo lo hermoso que fue en años pasados ese lugar, el imponente parque municipal admirado y disfrutado por los amantes de la naturaleza. El mirador natural en la cumbre, faldeos cubiertos de eucalipto, árboles nativos, con camino senderos, el vivero-jardín. y la pequeña avenida interior rodeada de árboles y flores. Todo esto ya no existe, pertenece al pasado. Hoy, el área verde municipal y amplios sectores del resto del cerro están ocupados por poblaciones "
Nota: Artículo publicado por don José González Nova , perteneciente al libro "Concepción: Vivir su Historia" editado por la Sociedad de Historia de Concepción.

No hay comentarios:
Publicar un comentario