SATELITES CHILENOS

Hace algún tiempo la discusión nacional giró en torno a que hacer con los excedentes del cobre y se barajaron diversas alternativas que iban desde las más conservadoras –como ahorrar- a las más populistas que instaban al gasto y otras que incluso plantearon otorgar prestamos blandos a otros países subdesarrollados. Quisiera agregar otro ingrediente a este tema a propósito de un artículo publicado esta mañana en el diario “El Sur” de Concepción(1): “Es hora de que Chile tenga un Satélite”. En el se cita al embajador Chileno en Washington, Raimundo González Aninat, quien manifiesta su preocupación por que Chile se queda atrás en esta materia.

El antecedente de la historia satelital chilena es el proyecto FASAT (Satélites de la Fuerza Aérea) Alfa y Bravo. El primero , diseñado por ingenieros de la FACH y la empresa Surrey Satellite Technology Limited (SSTL) fue de corta vida, ya luego de ser lanzado desde el Cosmódromo de Plesetsk en Ucrania el 31 de Agosto de 1995, no logró entrar en orbita ya que falló el sistema de desacoplamiento del cohete madre. El segundo, fue diseñado como una réplica mejorada del primero, también en conjunto con los británicos y esta vez fue lanzado con éxito desde el cosmódromo de Baikonur, Kazakhstan el 10 de Julio de 1998.

Desde esa fecha no ha surgido ninguna otra niciativa en este importante campo de la investigación y el desarrollo. En el citado artículo el embajador González Aninat señala que: “Chile tiene una brecha estratégica muy grande con países como Argentina y Brasil (…que van muy adelantados con respecto a nuestro país…) recientemente Argentina firmó un convenio con Italia para lanzar 6 satélites con tecnología radar que ayudarán a prevenir , mitigar y evaluar catástrofes naturales” La situación se repite en otras áreas de interés si pensamos en el tema energético y vemos cómo en nuestro país aún el debate es incipiente en torno a si se asume la energía nuclear, o si se realizan las necesarias inversiones en Hidroeléctricas, etc. En tanto Argentina y Brasil nos llena la delantera desde hace varios años. Entiendo que Brasil ya exporta tecnología para construir centrales Nucleares.

Continúa el embajador González Aninat señalando que “en Estados Unidos se considera que cada dólar invertido en tecnología aeroespacial reporta siete dólares de utilidad para el país” y se pregunta “qué otra actividad da este tipo de rendimientos”

A la luz de los antecedentes aportados por el diplomático chileno en este interesante artículo de “El Sur” , cabe preguntarse si acaso la discusión respecto a: ¿en que invertir el producto de la bonanza económica? no peca a estas alturas de bizantina. Las necesidades del país para cubrir la brecha tecnológica no pueden seguir dilatando las decisiones clave y urgentes en torno a temas como el desarrollo aeroespacial y las energías alternativas.

(1) Diario "El Sur" de Concepción, Chile, Octubre 6 de 2007. http://www.elsur.cl